En días pasados circuló desde el Vaticano un documento en el que se presentaban los nuevos pecados entre los cristianos. Atentar contra el medio ambiente era uno de ellos, razón por la que en Panamá algunos ciudadanos reaccionaron.

Para nadie es un secreto que Panamá vive un auge económico que no se veía en años anteriores. No obstante, eso es utilizado como bandera política por los gobernantes. Lo cierto es que muchos panameños humildes aún no han visto una sola moneda de las grandes fortunas que entran a las arcas del Estado. Lamentablemente, ese llamado crecimiento de los sectores, por donde danzan muchos millones, por acción u omisión, le están haciendo mucho daño al medio ambiente.

De acuerdo con algunos ecologistas, en su afán por el dinero, la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) otorga concesiones a las grandes empresas que, sin ningún reparo, contaminan los ríos y deforestan los bosques.

Anabelle Herrera, miembro de la Coordinadora por la Defensa de Tierras y Aguas, expresó que "observamos cómo la ANAM se hace sorda, ciega y muda ante la destrucción de la naturaleza. Puso de ejemplos los proyectos mineros en Petaquilla y en Cañazas, en Veraguas. A su criterio, todo forma parte de un pecado capital, que es matar.

DIAaDIA buscó una versión de la ANAM sobre este tema, pero sus voceros no dieron ningún tipo de declaración.