Con buen ánimo, la señora Olga atiende a sus clientes. (Foto: Adriano Duff / EPASA)
Viola Guevara Gallimore
| DIAaDIA
Muchas personas desean realizar algún proyecto, pero por miedo al fracaso no lo hacen y prefieren no arriesgar. No obstante, este no es el caso de Olga Polanco, una vendedora de comida.
Aventurera es el adjetivo perfecto para describirla, ya que viajó en 1991 desde República Dominicana a Panamá, sin conocer a nadie en busca de un mejor futuro.
Su primer trabajo fue en una casa de familia, en donde duró 11 meses, porque su deseo era independizarse y tener un negocio propio.
COMENZO CON POCO
Con solo 5 libras de arroz y 1 libra de carne la señora Olga inició el negocio de comida y su primer lugar de venta fue Plaza Carolina. Allí le vendía comida a las personas que trabajaban en bancos y empresas del área, pero su deseo por llegar a otros lugares la llevó hasta la Avenida Balboa y Calle 50. Ella recorría los comercios de esta área hasta que formó su clientela.
Como le iba mejor en esta zona que en Plaza Carolina, con la ayuda de su esposo, decidió instalar un kiosco de comida diagonal a las instalaciones del IFARHU, en el que permanece desde 1998 hasta la fecha.
Cuando abordamos a Olga eran como la 12:00 m.d y a las 12: 49 ya había vendido las 20 libras de arroz que hace diariamente. El menú de ese día era arroz con carne guisada y frijoles. Y para lograr esto Olga se levanta a las 2:40 a.m. para estar en el puesto a las 3:30 a.m., y comenzar a hacer el desayuno que se vende entre 6:00 a.m. y 8:00 a.m. luego prepara el almuerzo.
La señora Olga no pierde las ganas de trabajar y dijo que seguirá haciéndolo para poder llevar el sustento a su hogar.
LUCHADORA
La señora Olga dijo que las personas deben luchar y siempre buscar lo mejor.Valid="No~