
La expresión oral es, tal vez, uno de los aspectos más importantes y a la vez más descuidados de la educación preescolar y primaria, al ser entendido el desarrollo del lenguaje como un proceso de maduración natural que no merece consideraciones especiales durante los primeros años de la infancia.
Las investigaciones actuales insisten en la importancia que tiene el lenguaje en la adquisición de los aprendizajes escolares y en la conveniencia de su abordaje desde ópticas preventivas y estimuladoras, y no estrictamente rehabilitadoras.
El dominio de la lengua oral es un requisito indispensable para llegar a manejar con precisión la lengua escrita. Los errores y dificultades de la lengua oral (articulaciones defectuosas, ordenación incorrecta de los enunciados, pobreza de vocabulario...) suelen tener su reflejo en la escritura.
Es difícil progresar en el aprendizaje de un proceso lectoescritor sin un cierto dominio de la expresión oral. Una deficiente maduración psicofísica, así como un precario desarrollo fonoarticulatorio dificultarían poderosamente la iniciación de los procesos de lectura y escritura.