El concierto empezó a las 9:26 de la noche, con un juego de luces espectacular, sonidos finos, no como otras veces que se oye distorsionado, aunque cuando avanzó... ¡nada que ver! Lo que me asombró fue la enorme pantalla que había en el centro de la tarima, donde pasaron unos vídeos de Ricky Martin y quedó increíble. ¡Qué cool!
La primera canción fue "Pégate", en un remix con la canción que dice: "Para arriba, para abajo..." y la gente no aguantó, se paró en las sillas. Era tanto el desenfreno, que nuestro amigo "Alfredo "Popa" Arias, gerente general de Showpro, comenzó a bajar a todo el mundo de ellas. Pero saben qué, no pudo, la euforia era mayor. Luego, Ricky se desapareció de la tarima, por medio de una mini grúa, que de la nada llegó al escenario. Sólo fue unos minutos, y volvió con otra vestimenta.
Los ánimos estaban caldeados, por lo que Ricky siguió con su repertorio. Otra de las canciones que cantó fue "Vuelve", que todo el mundo coreó. Fíjense, que al momento de redactar esta nota pasaron una imagen donde sale con un montón de tatuajes en la espalda y la gente no paraba de gritar. Pero, gritaron más cuando salió una imagen de él semidesnudo. ¡Mi madre!
Amigochis, otra cosa que tengo que contarles es que antes que cantara, "backstage" le tomaron una foto con unos niños índigenas para la Fundación Alas y uno de los niñitos le regaló una chaquira.
Bueno amigos, después cantó una canción rock que no conozco, y luego él y todo su equipo se cambiaron otra vez. Como tengo que despedirme, sólo me resta decirles que a pesar de que Ricky revolucionó Panamá con su tour "Blanco y Negro", Marc Antony le robó el manda`o y el Figali se llenó más. ¡Jejeje!
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