Cuando las parejas discuten los insultos, los gritos, los reproches son golpes bajos en el matrimonio.

Para prevenir resentimientos posteriores a la discusión, es importante tener en cuenta lo siguiente:

Se debe escoger un momento tranquilo y un ambiente de total intimidad para tratar de resolver problemas o disminuir diferencias.

Trate de hablar con voz suave. Ambos cónyuges deben tener la misma oportunidad de hablar y ambos deben escuchar atentamente mientras el otro expone su punto de vista.

No debe haber interrupciones y los dos deben mostrar respeto en todo momento.

No traten de resolver todos sus problemas en una sola platica. Limítense a uno o dos problemas y traten de llegar a soluciones prácticas y concretas, que tengan alguna aportación de ambos, no de uno sólo.

Lo ideal es sellar siempre estas discusiones con el compromiso íntimo de cumplir las promesas hechas.

La solución es una buena comunicación.