La pequeñita Jelenis Saenz, de tan solo ocho años, desde que nació ha sido una luchadora y aún hoy lo hace notar en sus perfectas calificaciones, que son la prueba de que siempre es necesario buscar la excelencia.

La historia de esta niña está llena de quebrantos en su salud, que ha podido superar gracias al amor de su madre Betzaida y de su hermanita Quitzia.

Jelenis nació con una válvula obstruida en su corazón y un hueco en la vena Aorta, que se le detectó a los nueve días de nacida. Este mal le dificultaba hacer actividades propias de las niñas como lo es jugar, porque se asfixiaba y se tornaba morada, por la falta de aire.

A los cuatro años, recibió su primera intervención quirúrgica, que le permitió empezar a llevar una vida normal.

El fragor con el que se enfrentó a la vida, lo llevó también a las aulas de clases, pasando hasta la fecha con notas superiores al 4.8, lo que la ha hecho merecedora de distinciones por su deseo de ser siempre la mejor.

Hoy se prepara para su primer día de clases en la escuela Santa María de los Ángeles, para cursar el tercer grado llena de emoción, puesto que recibió una beca administrada por el Club Rotario y por la fundación Obsequio de Vida.

Esta dulce y delicada flor, afirmó que este año también mantendrá sus magníficas calificaciones, ya que su norte es ser una doctora para niños, y dominar el inglés, lengua que le gusta estudiar con sus amiguitos.