Aunque la constitución dice que no hay privilegios, ellos son los consentidos dentro de la institución, y lo mejor es que nadie se queja de este hecho.

Los perros entrenados de la Policía Nacional, ya sea para seguridad, ataque o para exhibición, más que unas mascotas, son compañeros para sus entrenadores, quienes encuentran su mayor satisfacción en la mirada de asombro de los niños cuando los canes hacen algún tipo de maniobra artística.

El sargento Angel Díaz dijo que el trabajar con los "mejores amigos del hombre" es una labor, como dice su lema de paciencia, constancia y perseverancia.

Destacó que en la Policía hay 56 entrenadores; sin embargo, son pocos los que se dedican a la función de entretener, siendo algunos de ellos los sargentos Roberto Concepción, Clemente Hernández, Carlos Arnulfo Santos y Reinaldo Castillo.

El cariño que le dan a los perros es recíproco. Díaz explicó que cada uno de estos amorosos animalitos tiene su carácter, que va de acuerdo con su nombre. Horno, Mindra, Kimo, Zato, son los apelativos que a estas mascotas le dan prestancia y fortaleza.

Además, los canes los prodigan de satisfacciones. Un ejemplo de ello es Kimo, que se ha llevado varios concursos de salto, entre ellos los concursos nacionales del 2002 y 2003. Mindra, la rotwailer, es la reina de la alegría que está siempre dispuesta a jugar.

Ninguno de estos entrenadores se cambiarían por nada ni nadie en este mundo, ya que a pesar de las vicisitudes que pueda tener la vida, con su labor roban sonrisas y hacen olvidar a más de uno de los problemas con las acrobacias de sus grandes amigos.