
Roberto Durán realmente admiraba a “Plomo Espinoza”. Foto: Anyansi Gámez
Roberto Durán realmente admiraba a “Plomo Espinoza”. Foto: Anyansi Gámez
Roberto Durán realmente admiraba a “Plomo Espinoza”. Foto: Anyansi Gámez
Roberto Durán realmente admiraba a “Plomo Espinoza”. Foto: Anyansi Gámez
Roberto Durán realmente admiraba a “Plomo Espinoza”. Foto: Anyansi Gámez
Roberto Durán realmente admiraba a “Plomo Espinoza”. Foto: Anyansi Gámez
Roberto Durán realmente admiraba a “Plomo Espinoza”. Foto: Anyansi Gámez
La familia Quiñones y Roberto “Mano de Piedra” Durán miraban el féretro de quien fue un gran maestro, con un profundo dolor en su alma, conteniendo las lágrimas en su interior, tratando de mantenerse fuerte ante la delicada situación.
La figura de Néstor Quiñones, mejor conocido como “Plomo Espinoza”, ya no estaba con ellos y eso era más que un nocaut al corazón.
Por la mente de Durán pasaban recuerdos de su infancia, cuando “Plomo” comenzaba a convertirlo en el más grande campeón que ha tenido Panamá y Latinoamérica. Recuerdos, anécdotas vividas.
La angustia y el dolor se apoderaron de cada célula del cuerpo de la esposa de “Plomo”, Isabel Zambrano de Quiñones, ya que esta era la última vez que vería a su amado. Pero a medida que los segundos iban pasando, las grandes historias que “Mano de Piedra” relataba en memoria de Quiñones hacían que el cielo gris de doña Isabel y sus hijos se tornara celeste. Porque sabían lo lindo que era pasar tiempo con el hombre que construyó su familia.
“Relatar todas las historias que construí con ‘Plomo’ en toda mi vida es hablar belleza, y nunca terminaré”, expresó Durán, mientras una lágrima se hacían nota en sus ojos. “Este es el golpe más duro que he recibido en toda mi vida. Nunca pensé que el viejo que más quiero se iba a ir tan pronto. Me duele mucho esta pérdida, y he aguantado mucho, ‘Plomo’ fue como mi papá. Él estuvo siempre conmigo. Él era una persona muy feliz, muy jocosa.”, contó “Mano de Piedra” entre sollozos.
“Hay mucho que contar. Una de las cosas que me enseñó ’Plomo’ fue que cada moneda que ganaba tenía que llevarla a mi casa”, señaló Durán mientras relataba aquellas enseñanzas del que por muchos años fue como su padre.
Durán no se limitó a conversar de todo aquello que vivió junto a su gran amigo. En esos momentos la tristeza no podía tocar el cuerpo de nadie, pues la luz de los instantes felices eran los grandes escudos de todos.
“A mí, Roberto Durán, ‘Plomo’ no le hablaba dos veces. Si ven las peleas de antes se darán cuenta de eso, y saben por qué no lo hacía, porque con una sola mirada yo sabía todo lo que él me quería decir”, aseguró.
El recuerdo de “Plomo” quedará por siempre en todos los corazones de Panamá y en cada rincón del de Roberto Durán.
“Mano de Piedra” nunca dejó de mencionar que quien fuera su acompañante de por vida está sentado junto al Creador y mirando el rostro de “Plomo” comentaba: “Papá, sé que estás en los cielos y allá nos veremos. Allá arriba también habrá boxeo. Quiero que tengas presente que, aunque te vas, mi corazón y mente están contigo. Y sé que estás contento porque allá arriba te verás con tu amigo Babba Vásquez”, hablaba mientras señalaba el cuerpo de “Plomo” en la iglesia.
El último adiós
La despedida más dolorosa comenzó cuando llegó la hora de darle sepultura al cuerpo.
Praderas de la Paz fue el lugar en donde “Plomo” Espinoza descansará.
Aún con los ojos a punto de derramar lágrimas Roberto Durán seguía contando los felices días que vivió junto a su maestro.
“Este hombre estuvo conmigo desde los ocho años. En las buenas y en las malas, en las de Caín y Abel”, conversaba mientras la señora Isabel y demás presentes rompían en llanto.
La alegría y buen corazón de “Plomo” quedarán plasmados como un tatuaje en la piel de cada uno de las personas que formaron parte de su vida. Y cada una de ellas entiende que esto no fue un adiós, sino un hasta luego.
El amor que “Plomo” tenía en la tierra ahora lo sentirá en el lugar en donde esté en estos momentos.