Con la ayuda de Dios todo se logra. Esta es la frase favorita de María Rodríguez y Eduardo Pinto, una pareja que siempre ha luchado por sobrevivir y mejorar cada día.

María, oriunda de Santiago de Veraguas, nos cuenta que después de trabajar por 11 años en casa de familia decidió poner un negocio, y así fue como empezó vendiendo pastillas y cigarrillos en un puesto ubicado en El Valle de San Isidro.

Para tener un poco más de ingresos empezaron a vender chichas y empanadas, las cuales considera que son muy buscadas por su clientela.

Después de un año decidieron instalarse en el área de Calidonia para vender sus productos y lograron establecerse en las inmediaciones de la Lotería Nacional de Calidonia.

Nos comentaron que se sienten feliz porque con mucho esfuerzo han logrado lo que siempre habían anhelado, y que a través de sus ventas pueden llevar el sustento a su hogar.

Eduardo Pinto dijo que cuando empezaron su pequeño negocio invirtieron aproximadamente 70 balboas, y durante el día hacen de 18 a 25 balboas.

"La situación está bastante difícil, pero no hay que dejarse caer, a pesar de que la situación está dura, siempre hacemos algo para llevar el sustento al hogar", dijo.

Rodríguez dijo: "Nosotros vivimos en San Isidro, me levanto a las 5 de la mañana para hacer los oficios del hogar, y a las 6:30 tomo el bus para estar a las 7:30 en el puesto de venta. Mi esposo se levanta más temprano, a las 4 de la mañana, para preparar la chicha. Para nosotros no hay día libre, porque trabajamos de lunes a domingo", agregó.

Actualmente viven solos, porque sus hijos ya están casados. De ellos depende un nieto que está en quinto año de secundaria.