René Anel Mendoza, de 17 años, es un adolescente que desde su infancia ha padecido de una deficiencia mental progresiva, que se le ha complicado hasta quedar inhabilitado para caminar, por malformaciones en una de sus piernas.
Su madre Adelina Cárdenas, con sólo ocho meses de gestación, dio a luz. Como el parto fue en su casa, se complicó y afectó al niño.
Mencionó que antes de mudarse hacia el poblado de Valle del Sol, en Arraiján, vivía en San Miguelito y su niño tuvo la oportunidad de estudiar tres años en el IPHE.
Adelina recordó que su hijo tiene cicatrices en el rostro y cuerpo de las constantes caídas que sufre por las convulsiones a causa de los ataques epilépticos que se repiten cuando no ingiere los medicamentos.
Se le dificulta salir con su hijo hacia el Hospital del Niño, donde actualmente se atiende, por lo que su hijo necesita urgentemente una silla de ruedas, porque ha crecido y está muy pesado para cargarlo.
"No contamos con un baño higiénico, sino con una letrina. Mi hijo sin más remedio hace sus necesidades fisiológicas en esas condiciones insalubre. Tengo que llevarlo cargado para sentarlo en la tasa y esperar hasta que termine", comentó.
René no cuenta con seguro social y su padre trabaja independiente en el Mercado Público, pero el escaso recurso no les alcanza para satisfacer las necesidades en el hogar.
Desesperada, enfatizó que una verdadera ayuda para solventarle el problema económica sería un subsidio para la atención de su hijo, ya que cada día carece de recursos para satisfacer sus necesidades.
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