Por amor y vocación
A pesar de que el sueldo de la docente es de 50 balboas por quincena, el amor y la vocación por la educación va mucho más allá de lo económico.

Gloria Leiva | DIAaDIA

La educación es como una bendición para las personas de escasos recursos, pero quienes se esmeran por brindarla, son verdaderos ángeles.

En La Higuera de Chepo, hay una pequeña casa que, a simple vista, parece normal, pero al entrar, impresiona por lo que se encuentra ahí: Una sala en la que los muebles que la adornan están en un depósito, pues fueron reemplazados por mesas y sillas en miniatura.

Es la humilde casa de la maestra Marcelina González, quien tuvo que adecuar su hogar, incomodando a su familia, para colocar una escuelita y brindarle a unos 50 niños y niñas de la comunidad, una buena educación preescolar. Con la maestra Marcelina también labora otra educadora en el turno de la tarde, quien se encarga de la mitad de los estudiantes.

Esto es parte de un programa patrocinado por el Banco Mundial, que ofrece todos los materiales necesarios, como libros, cuadernos, lápices, sillas, entre otros. Sin embargo, el local es lo único que no brinda el programa.

"El año pasado, la escuela estaba en otra casa, pero la dueña la vendió y, entonces, este año yo decidí mudarlos para acá", cuenta la docente.

La maestra Marcelina, al verse en la necesidad de brindar un mejor espacio a los pequeños, conversó con los miembros de una iglesia evangélica del sector para que le brindaran una ayuda, para la construcción de un local en el patio de su casa, y así abrir el kinder.

Algunos de los hombres que trabajan en la obra son padres de los estudiantes de la escuelita, como es el caso de Euclides Melgar, quien llevará a su hijo a "Los angelitos de la Higuera", el próximo lunes.

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