Misterio. El río estaba sereno, los árboles guardaban silencio, todo indicaba que desde la madrugada de ayer, eran cómplices de quienes asesinaron a Jorge Herrera Ramos, detective IV de la Policía Técnica Judicial.
A las 6: 00 a. m. de ayer, en las aguas del río Villalobos, bajo el puente Pedregal - Gonzalillo, yacía boca arriba, amordazado. Sus ojos y su boca estaban vendados con cinta adhesiva. El cuerpo del jefe de la División de Menores en Arraiján, quien estaba de vacaciones desde el pasado 16, presentaba fuertes golpes en el rostro y en la espalda. Arriba, en el puente, un charco de sangre fresca, indicaba que, posiblemente, fue ejecutado y luego lanzado al agua. Su cuerpo tenía un impacto de bala en la parte de atrás de la oreja izquierda. Bajo un profundo hermetismo, la PTJ se limitó a decir que se encuentran investigando. Actualmente, revisan los expedientes de los casos en los cuales trabajó el detective para determinar posibles vínculos.
Desde el 2003, Herrera había solicitado un arma de asignación permanente, que fue encontrada en el vehículo.
EN EL LUGAR
La seguridad fue estricta, los PTJ usaron todos sus recursos para recabar todas las evidencias, hasta aspiraron el puente. En este proceso, que duró más de dos horas, se interrumpió el acceso de las chivitas a la comunidad de Tierra Prometida.
Al parecer, Herrera salió de su casa el miércoles a las 5 p.m. en el taxi tercel verde con matrícula T 5425 que manejaba, el cual fue encontrado a las 2 a.m., abandonado en Las Acacias. Su cartera y el zapato izquierdo estaban a unos 30 metros del cuerpo.
PUESTOS
Herrera tenía 12 años en la PTJ; inicialmente en la División de Transporte, luego como Jefe Encargado de la Agencia de Chepo y en la División de Adolescentes.
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