Chichas con sabor santanero
Guillermo Taylor. (Foto: Omar Batista / EPASA)

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

Si hay alguien que goza de mucha fama en Calle 16 de Santa Ana, es el señor Guillermo Taylor. Y es que desde hace más de una década, decidió colocar un paraguas en la intersección de Calle 16 y Calle E, para ganarse el sustento diario en aquel barrio popular.

Bajo ese paraguas, hay diariamente dos tanques de chichas, uno de chicha de borojó y otro de refresco de avena. Todo por la módica suma de veinticinco o cincuenta centésimos. Allí, como dice el Chapulín Colorado, todo está fríamente calculado, pues esa cantidad de refrescos es suficiente para vender hasta, aproximadamente, la una de la tarde. "Las ganancias son suficientes", afirmó el negociante.

Se pudo observar que muchos clientes nuevos, primero piden un vaso chico para probar, pero debido a la calidad del producto, deciden comprar el más grande a cincuenta centésimos. El vaso más pequeño cuesta un cuara.

Taylor, quien tiene 63 años de vivir en Santa Ana, no quiso revelar cuál era el secreto para la venta rápida de su refresco; sin embargo, dijo que tiene un ingrediente que la hace un refresco singular.

El local de Taylor es un punto estratégico, pues la mayoría de sus clientes son taxistas y buseros. Ellos se detienen un poco, hacen su pedido y continúan en su jornada, sin estorbar el tráfico vehicular. Así es el movimiento en este negocio.

Se pudo conocer que debido al movimiento que hay en este local, Maribel Paules, nuera de Taylor, hace las veces de asistente.

Gracias a la venta de chichas, Taylor y su familia han logrado surgir, incluso, ha ayudado a educar a sus nietas.

TRABAJADOR

Anteriormente, Taylor laboró como repartidor de hielo. Siempre lo ha hecho en el mismo corregimiento (Santa Ana).

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