La experta asegura que los primeros pasos para que nuestros hijos colaboren con la sociedad, pueden darse dentro de la familia y con los vecinos.
La etapa de la juventud está cargada de interrogantes vitales y presenta el desafío de tener un proyecto de vida personal y comunitaria. Un proyecto que dé sentido a su vida; que no la deje caer en un vacío existencial, sino que le permita lograr a plenitud su realización como persona. La juventud cuestiona todo, tiene un espíritu de riesgo, de valentía y una capacidad creativa para responder a los cambios y exigencias del mundo en que vive. Ella aspira a mejorar siempre como signo de esperanza, gozo y felicidad. Además, es muy sensible a los problemas sociales y exige autenticidad y veracidad. Rechaza con rebeldía una sociedad invadida por la hipocresía y los antivalores.