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Saciando el hambre con amabilidad
Carlos Marrugo. (Fotos: Alexander Omar Santamaría G. )

Milagros Murillo F. | DIAaDIA

En la parada del Centro Comercial La Doña, ubicado en la 24 de Diciembre, encontramos al señor Carlos Marrugo. Él estaba rodeado de personas que deseaban saciar un poco el hambre del momento con una chicha y una empanada. La amabilidad con que les atendía era evidente.

Este señor tiene cuatro años de dedicarse a este negocio y a sus 67 años, todos los días, sin protestar, se levanta temprano para iniciar la faena. Llega a las 6: 00 a.m. y se va a las 4: 00 ó 5: 00 p.m.

"No hay otra cosa que hacer y a la edad mía no hay trabajo", dijo refiriéndose a su decisión de dedicarse a la venta. Además que "tengo una hija en la universidad y otro en la escuela, entonces tengo que hacer esto diariamente y estoy pagando alquiler también", explicó.

El negocio le da para cubrir lo necesario, además que de vez en cuando, sus otros hijos le dan la mano.

Los productos que vende son muy codiciados, él compra las empanadas en una reconocida distribuidora y la chicha él mismo las hace.

Marrugo vende sólo en la 24 de Diciembre, porque asegura que a su edad "no puede estar andando".

MENSAJE

"Hay personas que no tienen un pie, una mano o le falta la vista y siempre están luchando para sobrevivir, ahora qué se espera con la gente que tiene sus dos manos completas. Antes de estar haciendo cosas injustas por ahí, matando a la gente por plata, pónganse a hacer algo y verán que les irá mejor", concluyó.

ESPERANZA

El mayor sueño de don Carlos y su familia es tener casa propia, porque actualmente viven alquilados. "Estoy buscando para ver si puedo conseguir una casa para mí y mis hijos", recalcó. Por lo que le gustaría conseguir un lugar mejor que en el que está.

ANHELO

El señor Marrugo espera ahorrar lo suficiente para comprar o abonar una casa propia.





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