A veces, los padres endulzan el chupete de los bebés con miel de abeja antes de acostarlos a dormir para calmarlos cuando lloran, sin saber que esto es peligroso.

Algunos estudios detallan que la miel es muy peligrosa para los menores de un año. Esto se debe a que tanto la miel de caña, como la de abeja, pueden contener esporas de Clostridium botulinum que producen neurotoxina en el intestino, aún inmaduro, del lactante. Una pequeña cantidad puede ser peligrosa. Por este motivo no se debe dar a los niños menores de un año miel de abeja ni de caña, ni alimentos endulzados con ellas, ni aún en pequeñas cantidades. Los síntomas de botulismo en los lactantes son: desgano, falta de apetito, constipación, llanto débil y debilidad muscular.

Todos estos síntomas se deben a la parálisis muscular provocada por la toxina botulínica. Si no es tratada a tiempo, puede producir parálisis en los brazos, piernas y músculos respiratorios.

Recuerde que la miel es segura para los bebés mayores de 1 año, y ante cualquier duda, debe consultar a su pediatra.