Hoy es un día para reflexionar sobre la misión de Jesús en nuestras vidas. Pero también es momento de reflexionar sobre la vida de otras personas, no importa si es un mendigo o tiene problemas de discapacidad. ¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a ver a Jesucristo en estas personas? Porque aunque muchos no lo creamos, allí está presente el Hijo de Dios.
Este es el caso de don Odilmildo Concepción, de 68 años, quien a pesar de no contar con sus dos ojos, por manos criminales, sale a buscar el sustento para su familia.
Él se encuentra sentado sobre una de las aceras de la Central, vendiendo plumas, y de seguro ha pasado inadvertido para muchos de ustedes. Pero allí está un hombre que en su interior podría ser Jesús pidiendo que lo vean y le compren plumas, porque por ahora de eso dependen sus cuatro pequeños, además de su esposa, quien permanece también impedida, luego que le diera polio.
Este señor es un ejemplo. Sale todos los días desde la barriada 2000, en Arraiján, y llega a la ciudad para empezar la venta. Sus hijos están en la escuela, y gracias a lo que él hace diariamente, los ha podido ayudar.
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