Amado Pimentel, de 48 años de edad, es un hombre muy trabajador que se dedica a la venta de cocaditas, dulces y manjares.
Oriundo de Atalaya, en la provincia de Veraguas, viajó a la Feria de David con el objetivo de vender sus productos.
A los 12 años de edad, Pimentel perdió su pierna izquierda a consecuencia de la mordedura de una serpiente, por lo que utiliza una muleta para movilizarse. No obstante, su discapacidad no ha sido obstáculo para seguir adelante.
Agregó que con la venta de los dulces, puede mantener a su esposa y a sus cuatro hijos, que son su principal inspiración y apoyo.
"Mi meta es luchar por mis hijos y llevarlos a los estudios superiores para que sean hombres y mujeres de bien, porque quiero que alcancen las metas que yo no pude alcanzar", expresó.
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