Tuvo este año una de sus mejores temporadas como director en el béisbol juvenil. (Foto: Gonzalo Bocanegra y Renny Comparraz / EPASA)
Gustavo Aparicio
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Su trabajo no le permitió estar por mucho más tiempo como jugador en el béisbol nacional, pero siente mucha satisfacción por lo que hizo como pelotero.
Ahora, como instructor de pequeñas ligas, la satisfacción es mucho mayor, pues está dedicado de lleno a impartir sus conocimientos a la niñez y a la juventud a tiempo completo.
Hoy, las enseñanzas de Julián Rivera comienzan a dar frutos. En el 2008, su primer año como director del equipo juvenil de Bocas del Toro, ubicó a la provincia en la tercera posición del campeonato y, personalmente, se convirtió en el director del año en la categoría.
SUS INICIOS
Rivera se inició a los 16 años directamente en la categoría juvenil, por 1984. Fue la selección de Panamá Metro la que le dio la oportunidad de entrar a jugar de forma organizada en este deporte.
Su talento en el terreno lo llevó, incluso, a integrar la selección juvenil de Panamá, con la que tuvo el honor de representar al país en un Mundial realizado en Canadá, donde se ocupó el cuarto lugar. Quedó encantado con su primera participación a nivel internacional.
A los 18 años sube a la mayor con Panamá Metro, donde estuvo de cuatro a cinco temporadas, para posteriormente jugar con el equipo de Panamá Oeste, aunque jugó también una temporada con Herrera.
Su posición habitual era el campo corto, pero terminó como primera base.
"Mi fuerte era la ofensiva, y fue por eso que se dio el cambio de posición de campo corto a la primera base, por recomendación de Chico Salmón. Me pasaron a la primera base para dedicarme más a batear, antes de descuidar la ofensiva como campo corto", precisó Rivera.
En la mayor también llegó a representar a Panamá en unos Juegos Bolivarianos en Ecuador, pero por cuestiones de trabajo no pudo seguir entrenando.
Fue en el equipo de Panamá Oeste en el que terminó su carrera en el 2001, a los 34 años. En total jugó 12 temporadas y no siguió en el deporte por razones laborales.
SU NUEVA FACETA
Tras su retiro, Rivera no se quedó de brazos cruzados. Su amor por el béisbol lo llevó a entrar en otra faceta dentro de esta disciplina.
En el 2002 fue asistente de Aníbal Reluz, quien dirigió por varios años al equipo juvenil de Panamá Oeste.
Tras su paso por el equipo de Oeste, este año empezó a dirigir la juvenil de Bocas del Toro. Fue elegido como el mejor director de la temporada y su equipo quedó ubicado en el tercer lugar.
Fue una campaña que puso a soñar a los bocatoreños con el campeonato, después de tantos años de desilusiones.
POR LA NIñEZ
Luego de culminado el torneo juvenil, Rivera se ha dedicado de lleno a trabajar con las categorías menores en la provincia bocatoreña.
Recorre con dos instructores cubanos y con el expelotero Francisco Gutiérrez, los diversos distritos, buscando talentos e impartiendo sus conocimientos a los niños y jóvenes que quieren incursionar en este deporte.
El objetivo, según Rivera, es seguir fortaleciendo deportivamente a la provincia, enseñándole a los niños los fundamentos del béisbol, pues en la provincia se tenía en el olvido a las pequeñas ligas.
"Esta ha sido una de las cosas más gratificantes que he tenido. Conseguir trabajo en este deporte y hacerlo con la niñez y la juventud, es una de las cosas más importantes para de mi vida", aseguró.
TEMPORADAS
Jugó 12 campañas en el torneo mayor, pero por cosas del destino, nunca llegó a disputar un título.