Cuando el niño es grosero e incumple las normas, se siente poderoso, pues sabe que puede manipular a sus padres, por lo que estos no deben perder la calma, ni cansarse ante esta situación.
La malcriadez es una actitud que se puede evitar, siempre y cuando, los padres impongan normas y reglas en el hogar.
El abuso físico e insultos no son la solución de este problema. Es necesario que los padres tengan normas y reglas que impongan respeto, no temor a los niños.
El infante debe tener presente que todo los castigos que se le impongan son por su bien. Ante esta situación, si se ve un cambio positivo deben recompensarlo, darle muestras de cariño, afecto y estimularlo a que siga actuando de forma apropiada para que sepa que está haciendo lo correcto.