Efraín Camarena y sus hermanos no se dejaron tentar y decidieron mantener sus terrenos en Santa Catalina, provincia de Veraguas, y no venderlos. Hoy aprovechan cada oportunidad de negocio que surge gracias al turismo sostenible.

Criados al estilo de antaño, es decir que cada hermano fue educado luego de que uno culminara sus estudios. Así, en la familia el hermano mayor se hacía cargo de la educación del siguiente hasta completar el ciclo.

Esto permitió que en la familia Camarena hoy en día se destaquen varios profesionales, pero hay uno, que por ser el menor, se hizo pescador y decidió emprender otros negocios.

Este es Efraín Camarena, quien ha contagiado a sus hermanos con las iniciativas que emprende al aprovechar el desarrollo de la industria sin chimenea en Santa Catalina.

Hoy los hermanos Camarena agradecen a sus padres por la confianza brindada y a Dios por haber tomado una buena decisión, ya que de haber hecho lo contrario, no formarían parte del exitoso grupo de emprendedores que la Fundación MarViva capacita en el Golfo de Chiriquí, a través de su programa Alternativas Productivas.

Y es que en lo que por más de 50 años era una finca privada, dedicada a la agricultura sostenible, que realizaba la familia Camarena, hoy frente al mar se levantan seis cabañas con capacidad para 25 personas y que conforman el Hostal Las Palmeras.

Mientras tanto, en el puerto hay una lancha con dos motores, techo y asientos individuales para once pasajeros esperando para acoger a turistas nacionales y extranjeros su llegada. Además están disponibles para quienes deseen aventurarse a realizar un recorrido hasta las islas próximas al paraíso de los surfistas: Santa Catalina. Todo esto lo han conseguido los hermanos Camarena con esfuerzo y trabajo.

LO QUE VIENE

Efraín y sus hermanos muy pronto tendrán un restaurante, donde la especialidad serán los mariscos.