En los últimos años, mucho se ha dicho del papel desastroso de los medios de comunicación en la formación de los valores y modelos asumidos por los jóvenes y adultos de la sociedad panameña. La influencia de la tele-deformación es extremadamente contundente.
Los animadores y presentadores de televisión se han convertido en los nuevos héroes de la sociedad. Son el resumen de la juventud que cuida muy bien de su apariencia, pero muy poco de su desnutrido vocabulario. Caras bonitas que al hablar son incapaces de usar palabras que no sean muletillas. Y después nos preguntamos por qué hay tanto muchacho y muchacha con graves taras en el idioma. Podríamos seguir despotricando mucho más contra los medios de comunicación, específicamente contra la televisión, pero a nuestra organización, la Unión Nacional de Artistas de Panamá (UNAP), más que las críticas destructivas, nos interesan las propuestas.
Es así que el maestro Aurelio Paredes, figura prestante de la escena panameña, toma cartas en el asunto y dicta un curso en las instalaciones del sindicato. Con poco más de medio siglo de experiencia en el teatro, la radio y la televisión, don Yeyo compartió su enorme caudal de conocimientos con la nueva generación de afiliados a la agrupación. Todos los asistentes mostraron estar interesados en profesionalizarse y no permitirse el lujo de ser arrastrados por la mediocridad imperante en el medio televisivo. Algunos de los tópicos tratados en el seminario fueron los siguientes: la modulación de la voz, aprender a usarla para crear atmósferas agradables y que sirva de vehículo conveniente al mensaje transmitido; el enriquecimiento del vocabulario, y así pasar de la cantaleta torpe al discurso de gran mundo; la postura conveniente que deje entrever elegancia y evite la grosería.
Hay que remarcar algo sumamente importante, frente a la vulgaridad que reina en la televisión panameña, el artista nacional, específicamente, el inscrito en la Unión Nacional de Artistas de Panamá, tiene algo que decir: ¡Nunca seremos cómplices!