Con las metas muy claras
El trabajo informal cada día crece más en nuestro país.

Yamileth Salas | DIAaDIA

Pero cuando se trata de niños que la ejercen, sólo con el interés de formarse como personas responsables, es un ejemplo a imitar. Así, nos enseña Luz Marina Rodríguez, una humilde joven, de 15 años, que se dedica a la venta de frituras en el sector de Quebrada Ancha. Ella trabaja como dependienta hace como un mes. Dijo que se dedica a esto para poder ayudar a sus padres a sufragar los gastos del hogar. Vive junto a ellos y sus hermanos. Su padre trabaja, así que ella le ayuda a llevar algo de dinero para la casa, a la vez que se costea parte de los gastos de su escuela y tener algo para sus cosas. Señaló que está en tercer año de secundaria y que cuando sale de la escuela va a trabajar.El precio de sus frituras es bajo. Termina de vender antes de las 6 de la tarde. Siempre se ha dedicado a diferentes actividades y le gusta trabajar. Ella es la mayor de dos hermanos, y todos, con mucho sacrificio, van diariamente a la escuela. La señora dueña del puesto le facilita la mercancía para que ella se dedique a la venta de estas frituras, y pueda ganar algo de dinero. Luz Marina quiere graduarse para poder tener un empleo, y no quiere abandonar los estudios por el trabajo.

Por ser la mayor de sus hermanos, siente que tiene esta responsabilidad y la de cooperar con los gastos del hogar.

Ella, con su espíritu de responsabilidad, deseos de superación y la madurez que la caracterizan, hace la diferencia entre tantos jóvenes panameños.

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