Nervios, aburrimiento, estrés, ansiedad... son los causantes por los cuales muchas personas se muerden las uñas. Este mal, además de ser un problema antiestético, es poco saludable. Para evitar eso, lea lo siguiente.
Remedios: Los más conocidos son comprarse un esmalte con sabor amargo, pero también le ayudarán las uñas postizas, pintarse las uñas aunque las tenga muy cortas, además, tener siempre a mano una lima para esos piquitos tan tentadores.
Si su situación ha llegado al extremo de quedarse literalmente sin uñas o le genera una ansiedad que afecta su vida personal, debe acudir al psicólogo. El médico determinará las situaciones que provocan el comerse las uñas para así controlar el hábito. Lo mejor es llevar un diario para anotar las circunstancias que provocan este acto.
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