En un momento de gran incertidumbre para México, una victoria por 2-1 lograda ayer en el londinense Craven Cottage, ante Ghana, gracias a un penalti que transformó el jugador del Stuttgart, Pavel Pardo, sirvió de balón de oxígeno para el técnico Hugo Sánchez.

Aún no repuesto del doloroso varapalo recibido con la selección Sub-23, eliminada en la primera ronda del Torneo Preolímpico de la Concacaf, este resultado dio aire al ex madridista Sánchez, quien podría ver definido muy pronto su futuro al frente del equipo nacional.

Las condiciones climatológicas fueron nefastas. En el estadio del Fulham, la lluvia no dejó de caer, pero el frío y la humedad no silenciaron los cánticos interminables de la hinchada azteca, que gritó desde el primer minuto para animar a la maltrecha plantilla de Sánchez.