¿Y ahora quién podrá defenderme? Eso es lo que imaginamos decía Honorio Vega mientras le daban una golpiza en el Star Boxing. Lo que él no sabía era que un amigo, o mejor dicho, un Chapulín salió en su defensa. El cuento no acaba aquí. Anoche, a Honorio le volvieron a dar puño en Barraza, donde vive, pues los maleantes le robaron todas sus pertenencias. Esta vez su "guardaespaldas" no lo protegió. ¿Estaría ocupado en otro lugar?