Hábitos ¿Por qué los niños se chupan el dedo?


Mgtr. Ramiro Campos -

Se dice que el individuo aprende a actuar de manera progresiva. Esas actuaciones se fijan gracias al proceso de aprendizaje denominado hábitos. Con cada repetición, el acto será menos consciente y, si es repetido muy a menudo, será reflejado en una acción inconsciente.

Los hábitos orales como la succión digital, la deglución atípica y la respiración bucal pueden modificar la posición de los dientes y relación y forma de las arcadas dentarias. Los hábitos de presión interfieren en el crecimiento normal y en la función de la musculatura orofacial.

El efecto mágico y tranquilizador que ofrece el chupete a los niños, es conocido por todos. Cuando están molestos, enfadados porque esperan la comida o desean alguna cosa, nuestras palabras de alivio y el chupete los tranquilizan y eso nos permiten terminar de preparar su biberón o papilla sin demasiados problemas.

El chupete se convierte en el sustituto del pecho materno o del biberón tibio y dulce que le permite relajarse, entretenerse, sentirse seguro o simplemente, conciliar el sueño.

Puede que el niño, cuando deja el chupete, intente suplir esa sensación placentera sustituyéndola por otro estímulo oral, su dedo pulgar.

La succión del pulgar es un hábito que suele durar tiempo. Se considera que la mitad de los niños que tienen la costumbre de chuparse el dedo lo hacen hasta los 5 años y que, incluso, puede durar hasta los 12.