Emigró a la ciudad con un objetivo, conseguir trabajo, y lo logró, ahora tiene dos empleos. En medio de sus sueños estuvo la perseverancia y las ganas de trabajar que no ha perdido. Se trata de Silverio Mendoza, uno de los colaboradores más antiguos en el Centro de Salud de Santa Ana, tiene 35 años de servicio. El pasado 16 de febrero cuando el centro celebró sus 35 aniversarios, fue reconocido por las autoridades de salud por su trayectoria.

Silverio, salió de su pueblo, San Francisco de La Montaña en Veraguas en los años 70 a la aventura citadina. Nos contó que se pasó dos años vagando, limpiaba en casa ajena por un pan, pero las bendiciones tocaron su vida cuando lo contrataron como celador en dicho centro de salud.

Recuerda que la mañana de un sábado llegaron tres carros casas, donde se le daría atención médica a los santaneros, estuvo años como celador, después pasó a mantenimiento y luego pasó a registro médicos donde labora actualmente.

Pero no se quedó con las manos cruzadas, también es celador de una escuela desde hace 30 años. Son pocas las horas que tiene para él, pero sigue con fuerzas a sus 58 años de edad.

Aunque aún no se ha casado, es feliz, porque es rico en sobrinas que le iluminan la vida.

Siempre seguirá con alegría y ganas de trabajar, en vista que le faltan pocos años para jubilarse, ya tiene en mente un negocio para entretenerse.

Sólo llegó hasta 2 grado, pero su lema es que "si uno tiene amor al trabajo, uno aprende mucho viendo", porque esa es su experiencia.

Según él, al que le gusta trabajar, consigue empleo, pero al que no le gusta, el trabajo no le llega a la casa.

AMIGABLE

Silverio es alegre y emprendedor, le gusta trabajar en grupo. Se ha ganado el respeto de sus compañeros.