Cansados por la indiferencia mostrada por el Presidente de la República, los campesinos e indígenas se declararon en huelga de hambre indefinida.

Después de tres semanas de larga espera, al no ser atendidos por el mandatario, los manifestantes tomaron medidas de presión más fuertes para ver si son tomados en cuenta.

Aleida Suira, una de las indígenas, se encadenó y se mantendrá por espacio de 24 horas sin tomar alimentos. Pasado este tiempo será relevada por otro compañero. Ellos aprovecharon para denunciar al gobierno por la manipulación sobre una crisis energética en el país.