¡Ay madre! La casita de madera, donde Daniel Conrado pasa solo sus días pensando cómo seguir criando a sus dos hijos desde su silla de ruedas, se quedó chica para todos los obsequios que le entregó la Lotería Nacional de Beneficencia, a través de su embajadora Mirta Rodríguez.
Hace ocho años, Conrado quedó en una silla de ruedas producto de un accidente, pero no fue impedimento para que se haya hecho responsable de criar a sus hijos: una niña de 9 años y un varón de 11, a los que su madre abandonó.
Para mantener su humilde hogar, Daniel, quien es un ejemplo de coraje y tenacidad, se las ingenia para ganarse unos cuantos reales limpiando patios con machete y haciendo cortes de cabello.
Este jueves, Daniel se encontraba en su casa y su rostro se iluminó al ver llegar los carros de la Lotería cargados de muebles, que cambiaron la presencia de este humilde hogar.
Para Mirta fue una gran emoción contribuir con este granito de arena. "Uno siente que de alguna manera está aportando algo a la sociedad y qué bueno que la Lotería Nacional de Beneficencia está aportando siempre a quien más lo necesita", comentó.
Ella entregó un certificado a Daniel Conrado, quien agradeció toda la ayuda.