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Frustrados, pero dieron la cara
Muchas compañías privadas enviaron carros cisterna para ayudar a los bomberos. (Foto: Miguel Cavalli / EPASA)

Jesús Simmons | DIAaDIA

Con las uñas. El devastador incendio que ayer acabó con el almacén la Oca Loca, de Calidonia, dejó en evidencia la crisis en que está sumergido el Cuerpo de Bomberos de Panamá (CBP).

Esta situación no es ninguna novedad, pues desde hace rato los camisas rojas denuncian el mal estado en que están los equipos que utilizan para combatir incendios.

A pesar de todas las carencias, los bomberos atendieron el llamado de alerta máxima que les hizo su comandante Cecilio Lasso y hasta los bomberos voluntarios, que se encuentran en paro, dijeron presente.

Ellos no podían ocultar la frustración que les causaba no contar con los equipos adecuados para sofocar el siniestro, que por momentos parecía que les ganaba la batalla.

Mangueras botando agua, carros recalentados, botas rotas, bomberos voluntarios sin equipos de oxígeno eran las carencias más notorias que se observaron en el área de la catástrofe.

Además, por la falta de radios de comunicación los bomberos tenían que estar gritando a todo pulmón para dar las instrucciones.

Sólo bastaba acercarse a los camisas rojas para escuchar el mismo comentario que redundaba en la falta de equipo. En plena acción contaron anécdotas de las veces en que han arriesgado su vida.

Esa inquietud fue compartida por el comandante Lasso, quien dijo que para combatir un incendio de esa magnitud se necesitan como mínimo 15 carros extintores, y esa no es la realidad de la institución.

En su lucha por sofocar el fuego tres bomberos resultaron con afectaciones respiratorias por la inhalación de humo, y a otro le cayó una escalera en el hombro.

También, el voluntario Alberto Sandino recibió una quemadura de segundo grado en su mano izquierda.





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