Un mensaje divino. La tarde del pasado martes, a Stephanie Nicole Escalona, de 10 años, le dio por tomar fotos al cielo con su teléfono BlackBerry. De repente vio una luz en el cielo y quedó totalmente paralizada; sin embargo, algo la hizo apretar el botón para capturar la imagen de la luz.

Según explicó, era una luz de color verde que demoró unos 20 segundos en bajar, la pequeña siguió observando y de pronto vio un camino entre las nubes, que llegaba hasta unas enormes puertas.

Todo era blanco, del color de las nubes, pero de repente el camino empezó a desvanecerse de abajo hacia arriba y las puertas se cerraron.

La pequeña Stephanie, quien es una de las personas afectadas por el dietilenglicol, luego de que en el 2006 ingirió un frasco de expectorante, cree que esta visión es un mensaje de esperanza que Dios le quiere dar a los afectados por el jarabe envenenado.

Pero no es la primera vez. Cuando apenas era una bebé de dos años, su tío Tomás (Q.E.P.D.) le manifestó a su hermana Dilia, mamá de Stephanie, la experiencia que había tenido con la niña.

En esa ocasión su sobrina le preguntó que si tenía un "ayayay" (herida), cuando él le contestó que sí, la niña le dijo: "Mira, allí está Jesús", y empezó a hablar una lengua que él no entendía.

El pasado lunes Stephanie se cortó con la orilla de su cama, empezó a rezar el Salmo 3 y la sangre se detuvo, después rezó el Salmo 23 y la herida se le secó, tal como explicó a DIAaDIA, que la visitó en casa de su tía.

REVELACIONES

El párroco de la iglesia María Auxiliadora de Pueblo Nuevo, José Brutúa, explicó que estas revelaciones son privadas, no públicas, y para analizarlas se sigue una serie de factores establecidos por la iglesia Católica.

Recomienda que la niña tenga una conversación con un sacerdote, para que manifieste lo que siente y así determinar lo que le está pasando. Agregó que hay que tener mucho cuidado y tacto al interpretar las cosas.