Jhon Brayan Buitrago y Gregorio Rodríguez Paternita, se declararon inocentes por el ajusticiamiento de los hondureños, Juan Pablo Fonseca y Carlos López, quienes fueron torturadas y decapitados en el kilómetro 48 de la carretera de Gualaca, muy cerca del sitio conocido como la Quijada del Diablo. Los abogados defensores, pertenecientes a la firma Fonseca Barrios y Asociados, alegan que ninguno de los sindicados tienen algún vínculo con la muerte de los hondureños, ocurrida el 3 de marzo del año 2004, ni mucho menos tienen vínculos con el narcotráfico.
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