Los más grandes necesitan que los ayuden a controlar los impulsos. (FOTO: CORTESIA)
Redacción
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Es muy importante tener en cuenta los distintos temperamentos, desarrollo y forma de pensar.
Criar a un hijo significa trabajar con sus cualidades y no tratar de cambiarlas. ¿Qué significa esto? Significa no entrar en luchas de poder con el niño. Se trata de llegar a un compromiso ideal con nuestros hijos. Esta claro que algunas veces no podemos hacerlo y tenemos que ejercer nuestro deber como padres y como adultos al establecer límites, dado que tenemos más experiencia y podemos predecir algunas consecuencias.
DISCIPLINAR SEGUN LA EDAD
Otro factor determinante a la hora de disciplinar a los niños es su edad y momento de desarrollo. Por ejemplo, un bebé (0 a 15
18 meses) puede necesitar que su madre lo atienda y lo cargue cuando llora, de esta manera el bebé siente que puede confiar en su madre y en el mundo exterior, que lo cuide y lo proteja, a diferencia de un niño de alrededor de 19 meses a 2 ó 3 años que no va a necesitar que se le cargue cada vez que llora, sino más bien límites en su día a día, ya que él solo no puede protegerse de los peligros de su entorno. Por otra parte, un niño preescolar, (alrededor de 3 a 5 años) más que límites, necesitará más libertad, pero a la vez alguien que lo ayude a controlar sus impulsos.
LA CRIANZA PERMISIVA.
Es aquella donde los padres no establecen límites en el comportamiento del niño. Le ofrece mucha libertad, pero no le enseña la responsabilidad que va de la mano con esa libertad.
LA CRIANZA DEMOCRATICA
Está basada en la igualdad y el respeto mutuo. Cuando hablamos de igualdad, nos referimos al aspecto humano. Tanto los niños como los adultos somos humanos, aunque tengamos distintas habilidades, responsabilidades y/o experiencias. Esta igualdad les da a los niños privilegios y consideración. Este método de disciplina busca ayudar al niño a ser responsable, poniéndole límites y dándole opciones dentro de esos límites. De esta manera los niños se responsabilizan por sus propios actos y decisiones.
Podemos sugerir muchas alternativas para modificar la conducta indeseada de los niños pero, más importante que eliminar la conducta, es tener claro cuál es la razón que le provoca y cuál es la meta de la misma. De esta manera podemos estar más seguros que las medidas de corrección sean más acordes a la situación.