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Conversando con los pequeños
Los niños dominan el lenguaje a medida que aprenden más palabras. ( FOTO: CORTESIA)

Lilia Velasco | Educadora
Son varios los factores que afectan cómo y cuándo un niño desarrolla el lenguaje. Sin embargo, no todos son iguales y algunos muestran más dificultad al hablar.

Los niños de edad preescolar utilizan correctamente el lenguaje cada vez más a medida que llegan a dominar palabras y oraciones más difíciles. Su lenguaje se vuelve más relajado y coloquial, y no se dirige exclusivamente a la satisfacción de necesidades inmediatas.

A esta edad, su hijo disfrutará de jugar con palabras con usted y de reírse de rimas y cuentos absurdos. Usted puede participar en estas "bobadas", inventando algunas propias. El anillo amarillo es del grillo, o ¿Está lloviendo salsa de manzana hoy?

Amplíe las aptitudes de su hijo y haga que sus peticiones sean más difíciles. Déle instrucciones que contengan dos o tres elementos. Pídale que explique cómo construyó su torre o qué está sucediendo en el dibujo que hizo. Muéstrele las diferencias entre objetos similares, por ejemplo, áspero versus liso, grande versus pequeño, rápido versus lento.

CUANDO DEBE PREOCUPARSE

Si bien cada niño pasa por las mismas etapas de desarrollo del lenguaje, cada niño es diferente y avanza a su propio ritmo. Un niño puede pronunciar sus primeras palabras a la edad de ocho meses mientras que otro posiblemente no hable sino después de alcanzar su segundo año de vida. Algunos niños pequeños tienen vocabularios con docenas de palabras mientras que otros tienen sólo unas pocas.

A veces el desarrollo del lenguaje avanza más despacio mientras el niño aprende otras aptitudes, por ejemplo, pararse o caminar, o cuando está expuesto a más de un idioma. El ritmo de avance también puede verse afectado por la forma en que sus padres y otros responden a él.

Aunque deben respetarse las diferencias individuales en el desarrollo del lenguaje, a veces existen preocupaciones respecto a lo que es y no es normal. Si tiene que repetirse mucho o tiene que hablar en voz muy alta para captar la atención de su hijo, posiblemente convenga que a su hijo se le realicen pruebas de audición. Hable con miembros de su familia y con el responsable de cuidar a su hijo para conocer qué han observado ellos. Si sospecha la existencia de un problema, no espere. Si tiene dudas, podría considerar llamar al pediatra de su hijo o visitar a la clínica. Recuerde, son usted y su familia los que conocen mejor a su hijo.





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