Están dañando su salud. Querosín, cajetas y hasta gasolina son algunos de los elementos que utilizan varios vendedores de pollo al carbón para prender el fuego y asar las tan gustadas comidas que consumen los moradores de San Miguelito.

Los puestos son improvisados y están ubicados en veredas y a orillas de la calle, generalmente en puntos estratégicos como paradas de buses. En ellos, a la sazón del pollo se le suma el humo de los autos y el polvo, que generan bacterias peligrosas para los consumidores.

Ni hablar del atuendo de los vendedores, quienes en ocasiones no usan delantales ni guantes y el pollo que procesan lo tienen en cubos sin ningún tipo de refrigeración.

SALUD HABLA

El doctor Algis Torres, director de la Regional de Salud de San Miguelito, Las Cumbres y Chilibre, mostró su preocupación por ese tipo de negocios que han proliferado en el distrito, pues la mala manipulación de los alimentos son causantes de graves enfermedades como diarreas, gastroenteritis y hasta el desarrollo de bacterias que se alimentan del intestino y que en el peor de los casos, pueden causar la muerte.

Según Torres, estos puestos están siendo manejados en su mayoría por extranjeros que no tienen documentos legales ni carné de salud y que es muy difícil monitorearlos, pues no están en un lugar fijo.

Pero este no es el único problema que enfrenta Salud, ya que está el caso de las ventas clandestinas de comidas en las casas sin ninguna medida sanitaria.

SANCIONES

Las multas para quienes insistan en vender alimentos sin medidas higiénicas, van de 100.00 dólares a $500.00.

ILEGAL

Para vender comida en la calle, debe ser en un local cerrado y limpio. Está prohibido vender en la servidumbre.