
La comunidad de Río Hato Sur festeja la llegada de “Santi”, pero llora la pérdida de Oropeza y Osorio.
Fotos: ELENA VALDEZ/ ARCHIVO
La comunidad de Río Hato Sur festeja la llegada de “Santi”, pero llora la pérdida de Oropeza y Osorio.
Fotos: ELENA VALDEZ/ ARCHIVO
La comunidad de Río Hato Sur festeja la llegada de “Santi”, pero llora la pérdida de Oropeza y Osorio.
Fotos: ELENA VALDEZ/ ARCHIVO
Hicieron cartel de bienvenida.
Cuando llegó el martes al aeropuerto.
La comunidad de Río Hato Sur festeja la llegada de “Santi”, pero llora la pérdida de Oropeza y Osorio.
Fotos: ELENA VALDEZ/ ARCHIVO
Hicieron cartel de bienvenida.
Cuando llegó el martes al aeropuerto.
La comunidad de Río Hato Sur festeja la llegada de “Santi”, pero llora la pérdida de Oropeza y Osorio.
Fotos: ELENA VALDEZ/ ARCHIVO
Hicieron cartel de bienvenida.
Cuando llegó el martes al aeropuerto.
La comunidad de Río Hato Sur festeja la llegada de “Santi”, pero llora la pérdida de Oropeza y Osorio.
Fotos: ELENA VALDEZ/ ARCHIVO
Hicieron cartel de bienvenida.
Cuando llegó el martes al aeropuerto.
La comunidad de Río Hato Sur festeja la llegada de “Santi”, pero llora la pérdida de Oropeza y Osorio.
Fotos: ELENA VALDEZ/ ARCHIVO
Hicieron cartel de bienvenida.
Cuando llegó el martes al aeropuerto.
Ayer, a la 1:00 a.m., el joven llegó a su casa en Río Hato Sur, donde familiares y vecinos acudieron a visitarlo; pese a la hora, lanzaron fuegos artificiales y levantaban pancartas. Su llegada creó un sabor agridulce en la comunidad, que también está de luto por la pérdida de Elvis Oropeza y Fernando Osorio, quienes fallecieron en el viaje. No hubo fiesta, pero sí hicieron oraciones de alabanza por el milagro ocurrido a Adrián.
El 24 de febrero, Adrián, Oropeza y Osorio salieron de la playa La Ensenada a pescar, pero la nave presentó un daño en el motor que los dejó a la deriva.
Adrián le expresó a su madre Nilsa De La Cruz, conocida como “Sabrina”, que piensa escribir un libro de la odisea que pasó junto a sus dos amigos en alta mar, pero primero se atenderá con un psicólogo en Aguadulce y luego será el médico y él quienes decidirán cuándo hablará y si contará a los medios la historia dolorosa que no logra borrar de su mente.
Nilsa dijo que Adrián conversó poco con los vecinos, ya que se sentía cansado.
La madre del joven, ayer, con una sonrisa que irradiaba su rostro, dijo que su hijo no podía hablar con los medios; sin embargo, explicó que está un poco flaco por todo lo que vivió en el mar: hambre, insolación, sed y sobre todo el terror al saber que sus amigos no sobrevivieron.
En la casa de “Santi”, como es conocido de cariño Adrián, estaban sus hermanos, tíos, abuelos y algunos vecinos, pero el joven permaneció en su cuarto. Su madre dijo que está muy afectado, pero más tranquilo, porque se encuentra con su familia. “Me comentó que lo vivido en el naufragio le cambió la vida. Yo espero que nunca más se dedique a la pesca”, dijo la madre del joven.
Odilia Ramírez, vecina de “Santi”, lo describe como un muchacho sano que decidió salir con dos amigos más a pescar para llevar ingresos a su casa y lograr comprar algo para vestir en Semana Santa. No dudó en decir que este joven es un milagro de Jesús Nazareno y de El Cristo de Esquipulas, a quien le deben que él haya regresado con bien a su casa.
Seguirán buscando
Dalinda Díaz, madre de Oropeza, manifestó que ya sea que suba y baje escaleras seguirán con la búsqueda, porque quiere encontrar siquiera los huesos de su hijo para darle sepultura. “El mar no se queda con nada y a algún lugar deben llegar los restos”, dijo la madre.