Inteligencia, garra, coraje, peso y condiciones físicas fueron los elementos que llevaron al panameño Rafael "El Torito" Concepción a conquistar una victoria por nocaut en el tercer asalto sobre el venezolano Jean Piero Pérez, la noche del jueves en el ATLAPA.
Concepción hizo valer mi teoría de que el factor peso sería pieza clave durante la pelea. Y así sucedió. Pérez invadió las 115 libras, un peso superior al suyo y en el que está comprobado que Concepción se siente como pez en el agua.
Si se revisa el historial de "El Torito", se encuentra que nueve de sus diez victorias han sido en la categoría súper mosca, las dos últimas por la vía del nocaut.
Volviendo al pleito y así como lo vaticiné en mi columna anterior, la victoria no le resultó nada fácil al panameño, a pesar de que ganó por la vía del sueño. Muestra de ello fue que antes de que se produjera el desenlace final, "El Torito" fue enviado dos veces a la lona en el segundo round.
Precisamente luego de la segunda caída, fue que se combinaron los elementos de garra, coraje, inteligencia y condiciones físicas que mencioné al principio, porque Concepción se levantó de la lona y buscó el amarre inmediatamente, mientras trataba de recuperarse del golpe. Quizás otro boxeador hubiera buscado intercambiar metrallas, para luego salir anestesiado.
Ya recuperado en el tercer asalto, Concepción buscó la pelea cuerpo a cuerpo, castigando de forma incesante la parte media de su rival. Esta estrategia llevó a Pérez a descuidar su defensa, cosa que fue aprovechada por el panameño para conectar una derecha fulminante.
Felicidades a "El Torito", quien ha demostrado una vez más que cuando se entrena con disciplina, se obtienen grandes frutos.