El pasado domingo, después de ver el patético intercambio de egos entre Eddy Vásquez y Angélica Lavítola donde ni así pudieron sustentar por qué están ahí 'dizque' de expertos, salió el profesor Carlos Tovar con su sapiencia, profesionalismo, sencillez y le dio una gaznatada con su crítica. Este señor sí sabe de lo que habla, sí sabe lo que dice y sí es un gusto escucharlo. Lo he dicho y me mantengo; para ser jurado de un reality no solo hay que ser famoso, hay que tener el currículo profesional para calificar y, sobre todo, la educación para dar el ejemplo, más, si es en un show de niños. Llegué a pensar que en vez de estar viendo Canta Conmigo, estaba frente a Laura Bozo discutiendo con Eduardo Lyn Yuen. Egos...malditos egos.
Pero más allá de esa dizque pelea entre dos jurados defendiendo sus opiniones cual niños inmaduros, me preocupa que el evidente talento de uno de sus participantes pase a segundo plano y se explote, en todos los medios, su raza.
He escuchado con terror, en la radio, por ejemplo, que muchos de los seudo dj's hablan del 'indiecito'. He escuchado como la gente cuando abren los micrófonos se refieren al pequeño resaltándole su talento pero que, "por ser un indio", debe ganar. He escuchado y leído como por el 'Blackberry' llegan mensajes dizque de apoyo que no son más que una burla a este pequeño, a su descendencia, a su raza, a su familia.
Esto es delicadísimo que sea el resultado de la participación de un niño en un programa familiar. Es delicado porque la televisora, creo yo sin mala intención, desde el inicio explotó en sus promocionales que tenían un represente indígena, en vez de simplemente resaltar que era un niño con mucho talento. Y no me diga que esta es la oportunidad que una televisora le da a un indígena porque solo hay que buscar videos de archivos de programas de entretenimiento en Telemetro, TVN y podremos ver como siempre los indígenas son utilizados para burlas, para mofarse de ellos y ser explotados cual arlequines.
Yo puedo entender que las estrategias de mercadeo y posicionamiento de marcas nos digan que se tienen que resaltar, explotar y mercadear las cosas que hacen diferente a un show, pero desde el inicio esta estrategia tiene que ser muy bien pensada porque la línea entre irrespetar sin mala intención, explotar y burlarse es muy delgada.
Los televidentes somos crueles por naturaleza. No seamos hipócritas. Aquí nadie está hablando de la buena voz de este niño, sino de la buena voz del "indiecito". Este niño desde el día uno ha demostrado orgullo de donde viene. Es un niño que sin complejos, solo deja que su corazón lata por medio de su voz, igual que los otros dos niños. De lo que deberíamos estar hablando los que sintonizamos el show por trabajo o por gusto, es del talento de estas tres criaturas que, reitero, no van a ser estrellas, sino simples ganadores de un programa de televisión que, al igual que en todos los reality's del mundo, los utilizarán mientras les convenga. Eso pasa aquí y en China, en Telemetro y en TVN.
Canta Conmigo tiene mucho para cerrar esta temporada como un show bonito, familiar y con ganadores con mucho talento. Tiene su producción la responsabilidad de que lo recordemos como una gran final donde tres niños eran buenos con su voz o que todo el mundo hable de la final donde participó un indiecito. ¡Los reto!