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Siguen pasando páramos
Iris se gasta por semana más de $80.00 en medicamentos. (Foto: JESÚS SIMMONS /EPASA)

Jesús Simmons | DIAaDIA

"Yo no quiero estar así". Las constantes quejas de los pacientes afectados por el dietilenglicol, sobre el trato que reciben en el Centro de Toxicología de la Caja del Seguro Social (CSS) hicieron que DIAaDIA entrara a estas instalaciones para observar cómo son tratados estos pacientes.

Al llegar al Centro de Toxicología, ubicado en la Policlínica Presidente Remón (PPR), en Calle 17 Santa Ana, se entró junto a Iris Rivera, de 57 años, quien es una de las tantas afectas por el jarabe envenenado. "Vengo a atenderme, porque estoy resfriada", dijo la paciente y al paso el joven que estaba en la recepción le comunicó que no había quién la atendiera, pero de pronto, como por arte de magia, apareció una doctora, quien la hizo pasar al consultorio y la atendió muy bien; se notaba que de verdad le preocupan sus pacientes.

No hay que negar que los consultorios y la recepción del edificio están muy bonitos, pero cuando Iris le preguntó a la doctora por los equipos, esta respondió: "Aquí no hay nada", incluso aclaró que los estetoscopios eran de su propiedad. Además, la galena le aclaró que la farmacia, que crearon exclusivamente para los afectados por el veneno, no tenía farmacéuticos.

Después de atenderla de mil amores y de rogarle que se cuidara y de que no podía andar en protestas porque le hacían daño a su salud, le recetó medicinas para el catarro.

Al acercarse a la ventanilla de la farmacia, exclusivamente para los envenenados por el dietilenglicol, tuvo que hacer su fila como cualquiera y esperar como una hora a que le entregaran las medicinas.

En ese momento se acercó otra envenenada molesta porque no había verapamilo, simvastatina, entre otros fármacos.

Las quejas de los pacientes de las carencias que tiene el Centro de Toxicología se deben a las declaraciones que hizo el director de la CSS, Guillermo Sáez Llorens, de que no tenían razón de protestar, porque han accedido a todas sus peticiones y que lo que pasaba era que estaban siguiendo a la persona equivocada.

CONSULTORIOS

El equipo de DIAaDIA se encontró con todos los consultorios cerrados. Los pacientes dicen que están vacíos.





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