Cambios, cambios, cambios. ¿Por qué serán difíciles, a pesar de que sabemos que a veces son lo mejor?
Dicen que el ser humano es un ser de costumbres, nos acostumbramos desde dormir de cierto modo hasta a una persona. ¿Se imaginan cómo sería la vida sin las costumbres? Todo sería tan impredecible, sorpresa, y sí, quizás muchas cosas se complicarían, pero ¿saben qué? No nos 'romperíamos' tanto la cabeza en pensar en las decisiones que debemos tomar y que no lo hacemos porque estamos acostumbrados a una forma de vida.
Lastimosamente, la costumbre también llega a tomar partido en el amor, cuántas veces no se ha escuchado de parejas que tienen su vida destruida, que no son felices, pero por la costumbre siguen juntos, esperanzados a no sé qué.
Lo mismo sucede con el trabajo, las personas se acostumbran a un ambiente laboral y aunque se les presenten mejores ofertas, no las aceptan, pues temen al cambio y piensan: ¿si me va mal allá? Y a la final, la costumbre vuelve a reinar en las decisiones.
Sí, a mí me ha pasado y también he dejado que esa mala costumbre se me pegue, pero algún día lograré vencerla y pensaré mejor en que en esta vida es preciso correr riesgos y que la costumbre no siempre es la mejor aliada...