Cierren la puerta
Las pesas a la espera de sus atletas. (Foto: Alejandro Méndez / EPASA)

Gabriela Herrera | DIAaDIA

La riqueza y la belleza arquitectónica que adornan Panamá contrasta diariamente con la realidad del deporte y del deportista panameño.

Por un lado, están las construcciones que se van a realizar en suelo patrio con diseños de vanguardia, que tienen por dueños a grandes magnates mundiales, lo que se transforma en una bofetada a las instalaciones deportivas, ya que algunas están marginadas, olvidadas, maltrechas y peor, devoradas por los indigentes (piedreros) que entran en sus entrañan y arrancan, sin misericordia, las pocas cosas de valor. Todo este daño por un pase de droga.

Los levantadores de pesa viven en medio de la zozobra de llegar al estadio Curundú y un día no encontrar los implementos que utilizan para trabajar, máxime que estos piedreros consuman su adicción en la entrada de Estadio Juan Demóstenes Arosemena, donde también hacen sus necesidades fisiológicas.

Para Arnulfo Rodríguez, entrenador y dirigente de la halterofilia istmeña, esta situación es preocupante, ya que teme que algunos de sus pupilos arroje positivo en un control antidopaje sin siquiera haber consumido droga alguna.

"Los piedreros están dormidos afuera, el olor de ellos no es bueno para los atletas. Ellos cogen su droga ahí y el olor penetra. Estamos preocupados por el doping, porque cuando el atleta levanta aspira y eso puede arrojar positivos. Ellos (los atletas), no consumen drogas, porque a todos mis atletas le han hecho pruebas. Dolería que si le hacen alguna (en los Juegos del Alba y Panameircanos, próximos eventos) y salgan positivo", señaló.

A pesar de todo, Rodríguez está conforme, pero resignado de las instalaciones que utilizan en la actualidad, ya que espera que el Instituto Nacional de Deportes (INDE) los vuelva a mudar a otro lugar, puesto que antes estaban bajo las graderías del estadio beisbolístico.

"Estas instalaciones antes no existían. Nosotros estábamos debajo de la gradería, donde los piedreros y los que venden cobre se metían y se llevaban los alambrados, por lo que el INDE nos trasladó donde estamos ahora, pero ellos, los piedreros, volvieron a meterse y a llevarse el alambrado y las tuberías", manifestó Rodríguez. "Estos son equipos nuevos, tenemos la preocupación que se metan acá y se roben los implementos y así si quedamos en la calle", indicó.

"Nosotros practicamos con la puerta cerrada para evitar que cualquier maleante entre. Así que la persona que entra cierra la puerta inmediatamente", finalizó.

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