Una mirada perdida reflejaba la preocupación de Marilín. (Foto: Agustín José Herrera / EPASA)
Milagros Murillo F.
| DIAaDIA
Desesperada. Sin saber qué hacer y cómo empezar de cero encontramos a la señora Marilín Jordán.
Ella reside en una humilde casa en el sector 10 de Gonzalillo, junto a tres hijos, todos menores de edad. No obstante, la tranquilidad de su hogar se vio interrumpida el pasado 17 de marzo cuando un incendio consumió las pocas pertenencias que tenía.
En la comunidad donde vive Marilín no hay luz, por lo que deben alumbrarse con velas. Lastimosamente, una de ellas fue la causa del siniestro.
"Yo estaba limpiando la casa y dejé una vela encendida, se me olvidó apagarla", contó con remordimiento la señora. Y es que ella salió de la casa a vender una rifa, que es el único sustento que tiene para mantener a sus hijos y cuando se dio cuenta, todo se había quemado.
Marilín gana unos B/5.00 a la semana con la venta de rifas y su otra entrada es la pensión alimenticia de B/50.00 mensuales que recibe del padre de Franklin, su vástago más pequeño, que tiene dos años.
A pesar de estos obstáculos, con esfuerzo logró comprarle algunos útiles escolares a sus hijos, que también fueron consumidos por las llamas. Incluso, los documentos personales y hasta los papeles de una operación para Franklin se perdieron. Este niño tiene una deformidad en el pie derecho que le impide usar calzado y en mayo próximo tiene una cita médica para ser operado.
Marilín trata de echar para adelante con sus hijos y a pesar de las penurias, busca la manera de por lo menos conseguir nuevamente los útiles escolares.
NECESIDADES
En el sector 10 de Gonzalillo no hay luz eléctrica ni agua potable. Las personas se abastecen de un pozo.