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Un hogar que vale oro
Marcos no olvida sus días de artista de la décima.

Elizabeth Muñoz de Lao | DIAaDIA

Marcos Benavides entonaba en un torrente lastimero y, a la vez, jocoso, el tema "Morenita de mi vida", mientras sus compañeros de hogar lo aplaudían y admiraban. El sabía que lo visitaba un medio de comunicación, allá en Peña Blanca de Las Tablas, en el Hogar de Ancianos San Antonio.

Esta es una obra que ha sido completada en su primera fase. Se trata de unas modernas instalaciones con habitaciones amplias, enfermería, capilla, lavandería, comedor, cocina, sala de estar, pasillos desde los que se ve el paisaje pintoresco de Peña Blanca y un personal de enfermería, médico, psicólogo, nutricionista y cuidadores que atienden a más de 30 adultos mayores, cuyas familias no pueden mantenerlos o que han sido abandonados.

El hogar fue una idea del arzobispo Monseñor José Dimas Cedeño, oriundo de esta población, quien recibió en herencia una residencia que vendió, y con ese dinero adquirió el terreno donde hoy está el hogar.

El eligió a 12 personas de la comunidad que, junto con la Fundación "Simply help", de Estados Unidos, y la Embajada de Taiwán comenzaron a trabajar un 29 de enero de 2002 en lo que es hoy un hogar de gran beneficio para los adultos mayores necesitados.

Los viejitos llegan de distintos lugares del país, enviados por el Ministerio de Desarrollo Social, autoridades locales y personas de la comunidad. El pago depende del estudio socioeconómico de la familia, aunque si no pueden pagar, igual se les recibe.

NECESIDADES

Mantener el hogar cuesta más de 6 mil dólares mensuales, por lo que siempre son bien recibidas las donaciones, sobre todo de camas hospitalarias, pañales desechables, medicamentos geriátricos, ropa de cama y de pacientes en tallas M y pantalón 34. Se requiere, además, implementos para terapia, una enfermera y un terapista.

Esperan el subsidio del MIDES, que ya fue aprobado.

Allí se brinda atención las 24 horas, alimentación, aseo personal, lavado y planchado y apoyo espiritual. No se reciben pacientes encamados.

DIAaDIA conversó con los residentes del hogar, que aseguran se sienten a gusto y cuidados con amor.





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