A Marta Rosales, quien lleva 22 años residiendo en el área de Perú, en Aguadulce, junto a sus 6 hijos y su anciano padre, la quieren echar de esas tierras para hacer en ese lugar una barriada.
Marta recibió esas tierras de manos de una tía de su esposo, y ahora resulta que tienen una propietaria legítima que la usará para urbanizaciones.
La joven señora pide ayuda a gritos.
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