Nunca es tarde para crear el hábito de la lectura.
Rosalina Orocú
| DIAaDIA
Mañana 2 de abril se celebra el Día Internacional de la Literatura Infantil, fecha que no podíamos dejar pasar inadvertida. Entrevistamos a la doctora Irene Guerra de Delgado para formarnos una idea del estado de la producción literaria, dirigida a este sector importante de la población.
Ella es una autora, miembro de la Asociación Panameña de Literatura Infato-Juvenil y nos explicó qué es literatura infantil y qué no.
He aquí una orientación -en diez puntos- por la experta, para que las madres de familia y docentes se ilustren al respecto.
Literatura infantil no son libros expresamente didácticos o escolares que pretenden directamente enseñar algo. Pero, lo hace de manera indirecta.
La meta principal de la literatura infantil es la diversión, que el niño obtenga gozo con la lectura.
Ejemplos de literatura infantil son los clásicos "El patito feo", "La Bella Durmiente del Bosque", "Blanca Nieves" y "Los siete enanitos", pero también libros de autores latinoamericanos y locales.
Entre los autores nacionales están Joaquina P. de Padilla, Dora Pérez de Zárate, Estela Perigault de Malgrat, Isabel Roldán, Hena de Zachrisson, Tilsia Perigault, Carlos Francisco Chagmarín, Madelag, Ramón Fonseca Mora, Héctor Collado, Yolanda de Moreno, entre otros.
La ilustración es muy importante. Hace que el libro le parezca o no interesante al niño, "pues la imagen transporta al niño a un mundo de fantasía y lo hace ser parte de ese mundo". Deben ser grandes, llamativas. En Panamá hay excelentes ilustradoras e ilustradores de literatura infantil. Entre ellos: Nicolás Martínez, María Elena Barcos y Marlene Mena.
Traten de organizar su agenda y robarle 15 ó 20 minutos diarios a la televisión, asuntos del hogar u otros menesteres, para dedicarlos a leerle a sus niños o acompañarlos mientras ellos leen. Y no se malinterprete, la TV no es mala a menos que sea en exceso o programas no recomendables para la niñez.
La lectura, a diferencia de la TV, une a la familia. Todos pueden participar en una sesión de lectura.
La lectura, no así la TV, le brinda al niño la oportunidad de imaginar, recrear personajes y situaciones. Le da cabida para que sea parte, coautor de la historia.
Sean constantes. Todos los días léanle un poquito a los niños.
Regálenle libros a los niños, llévenlos a las bibliotecas, librerías, recitales...
La Dra. Delgado está convencida de que nunca es tarde para crear el hábito. Es más, concuerda que desde cuando está en el vientre se le debe leer al niño y es un pasatiempo apto para gente de todas las edades. La entrevistada se lamenta que los esfuerzos de los autores infantiles no tienen la acogida que se merecen.