Su imaginación se traslada a un mundo mágico cada vez que en sus piernas tiene un balón de fútbol.

Luis Cortez, de 14 años, es uno de los pocos jóvenes que piensa que practicar cualquier deporte es un buen antídoto para alejarse de la violencia.

"Es hora de terminar con esta ola de violencia que diariamente genera muerte a personas inocentes, porque no sabemos si en una semana podemos ser víctimas de estos delincuentes, es por eso que practico fútbol", dijo el pequeño delantero, quien juega para el equipo de Cooperación en el torneo de fútbol del Programa de Seguridad Integral (PROSI).

Mientras conversaba con DIAaDIA, Cortez se quedó mirando algo pensativo por unos segundos a sus compañeros que estaban sentados en el engramado artificial de la cancha Amelia Denis de El Chorrillo y, de repente comenzó a decir con voz entrecortada que no quería ver a sus amigos y familiares metidos en las pandillas.

Y es que este humilde adolescente oriundo del popular barrio de El Chorrillo ya está cansado de escuchar los constantes y perturbadores sonidos que emiten las peligrosas balaceras.

"Solamente quiero que los niños jueguen fútbol, que se alejen de la violencia o las drogas y que se conviertan en mejores personas", pronunció. Con esos sanos consejos se despidió Luchito del engramado.

META

Luis sueña con ser un profesional de la Educación Física, para motivar y enseñar a los jóvenes a jugar fútbol.