
Aquí cargan un cazón.
Aquí cargan un cazón.
Al igual que él, a la boca del río Farallón llegan otros vendedores que buscan las mejores ofertas para llevar el producto en grandes tinas con hielo hasta la ciudad.
Paulino Ayala añora aquellos días en que la mayoría de las personas vivían cerca a la playa, pues la comunidad estaba más animada. “Ahora que los terrenos fueron vendidos, los moradores se han ido a vivir al centro de la comunidad dejando las costas”, dijo Ayala.
Los pescadores de Farallón también expresaron que la pesca es una cuestión de suerte, hay días buenos y días malos, en donde muchas veces no logran pescar lo suficiente para pagar la gasolina ni hacer ganancia y solo les queda el cansancio.