Ponían anuncios en el periódico con el propósito de estafar. Tenían dos compañías llamadas Inversiones Sánchez e Inversiones Andinas, donde hacían préstamos por arriba de los 150 mil dólares sin garantía. Su "modus operandus" era abrir una cuenta en el Banco Nacional, donde hacían que sus víctimas depositaran mil dólares para gastos de papeleo, y al momento que éstos volvían a contactarlos no los hallaban por ningún lado. Los sindicados son Elizabeth Becerra, Luz Marina Becerra, Marta Empera Fajardo, Robisnon Pérez y José Quinseno.
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