PARALIZADA LA REDACCION
La víspera de la santa muerte de Juan Pablo II mantuvo durante dos días a los periodistas en ascuas. En broma y en serio, un comunicador de un diario colega señaló que además de ser la agonía del Papa, también fue la agonía de las redacciones. Esto es así porque las diferencias de horas entre Roma y Panamá obligan a estar en vigilia continua, con informes hechos de antemano, con notas neutras preparadas que digan sin decir nada. Es un verdadero martirio que compartimos con el lector.
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